domingo, 12 de marzo de 2017

Llegar exige ausentarse...



Porque a veces el transeúnte está en el interior de todos nuestros pasos y en silencio llega el instante de partir, la ruta anegada del Sur viene a proponernos abrir los círculos de espera en que nos situamos para siempre.  ¿Cómo rebuscar en lo prohibido, tras los espejismos que nunca se alcanzan y sus escombros, si ya no es posible orientar el carrusel deshabitado del día que se extingue?  El deambular comienza en el centro impulsor que mueve y proyecta como gotas de júbilo los sueños, donde se irradian módulos de lucidez para conducirnos hasta el callejón en el que se besan los enamorados. Así avanzó; llegar exige ausentarse.

De Alrededor, HEBE Ed., 1999

lunes, 6 de marzo de 2017

Librerías Picasso en Granada. Presentación de La fábrica de anticuerpos si no amanece.


Palabras del poeta Miguel Ángel Contreras en la presentación del libro La fábrica de anticuerpos si no amanece en Granada, en Librerías Picasso. “… en mi opinión, David Delfín es un poeta con una voz muy sólida. Nos ofrece un discurso lírico dibujado con versículos y con un ritmo muy definido. Este nuevo libro es planteado como un poema unitario, dividido en diez fragmento…, en realidad nueve, porque el  último momento está constituido por dos partes; donde juega con un lector cómplice e incluso con una forma de entender el discurso que, podríamos afirmar, pone distancia entre todo lo que le rodea acerca de esa “sobre-realidad” que nos ofrece para poder huir de la desfragmentación del mundo y de esta realidad y cotidianidad que es capaz de ir desmontándonos poco a poco.

“El poemario tiene una voz y un ritmo muy definido… y ello me permite recordar algo en lo que creo: que la verdad del poeta está en su ritmo, en la fuerza de su voz. Confío estén ustedes de acuerdo. Es un libro muy trabajado, e incluso esa doble voz polifónica del libro que aparecen subrayando con elementos paratextuales, jugando con la tipografía: la cursiva; como una pista para el lector. Aunque, en mi opinión, una vez que el lector se ha dejado llevar por este discurso lírico ya está dentro del contenido.

“David nos presenta un libro muy exigente. Casi se puede decir que se permite el lujo de elegir a sus lectores… Te ofrece un libro que, al principio, te desconcierta. Ruiz Noguera afirma en el prólogo que al autor le gusta experimentar con el lenguaje, a lo que yo apostillaría, es que trasvasa lo meramente figurativo hasta el símbolo. Es como si tratase de poner distancia con la realidad o con las cosas que están a nuestro (su) alrededor; incluso con las más emotivas. Esos “frutos secos de la memoria” que son frutos de una relación teñida y antigua… o esa forma en una planta se agarra a la pared… y nosotros nos transportamos a ella; cuando la planta parece una personificación de nuestra propia distancia.  A este tipo de imágenes me refiero a lo largo de todo el discurso lírico, como queriendo comprender más allá de los meramente figurativo o referencial.

“Por esto creo que el discurso poético es un discurso de acompañamiento con el lector, una vez que haya superado las distintas pruebas de exigencias del texto. Y esto una función que lo tienen todos los buenos libros de poemas. Lo libros eligen a sus lectores y aquel lector que se encuentre en este libro lo disfrutará verdaderamente… porque recogerá todas sus  complicidades, las distancias interiores que aparecen en los contrapuntos de las voces. Ese desconcierto que tanto acompaña, casi como un amigo. Vivimos unos tiempos desconcertados y desconcertantes… Una vez le pregunté a nuestro querido Gregorio Morales, que a quién le había dirigido un artículo que me había gustado muchísimo sobre la pérdida de su mejor lector. Y me dijo, Miguel Ángel, la estética y los libros sirven para huir de los horrores de la vida. Este libro creo que nos ayuda a superar el desconcierto, a compartirlo. Esta es una de las grandes propuesta de La fábrica de anticuerpos… es decir, aunque vaya a amanecer cíclicamente, siempre hay cosas que no llegan al siguiente amanecer.

“Recomiendo este libro. Primero, porque el lector irá domándole el pulso a estos recorridos...; y luego porque observará que el libro tiene una voz muy poderosa… también a la hora de poner nombre a este desconcierto actual en el que vivimos”.

Granada, Librerías Picasso. 2 de marzo de 2017.

miércoles, 22 de febrero de 2017

La poesía crea anticuerpos...


«Hemos descubierto que no vivimos una época de cambio, sino un cambio de época». Lo dice el poeta David Delfín (Málaga, 1968) con el convencimiento del que ha mirado el mundo que le rodea y ha reflexionado sobre la aceleración de las transformaciones, el envejecimiento prematuro de los nuevos referentes y la escasa vigencia de los titulares. Una inestabilidad ante la que los versos tiene una respuesta. «La poesía responde a la necesidad del ser humano de crear anticuerpos para defendernos de los cambios», explica el escritor que, bajo esta premisa, ha publicado su nuevo poemario, ‘La fábrica de anticuerpos si no amanece’ (Ediciones Carena). El propio autor presentará mañana, jueves 23, la obra en el Centro Andaluz de las Letras (CAL), acompañado por los poetas José Infante y Francisco Ruiz Noguera.

Precisamente, este último también firma el prólogo del nuevo libro de Delfín, en el que plantea la «coherencia» del nuevo poemario con respecto a la obra previa del autor de ‘El orden razonable’, ‘Principia’ y ‘Los matemáticos no saben pilotar aviones’. «Estamos ante una poesía entendida como búsqueda y como forma de conocimiento», reconoce Ruiz Noguera sobre la nueva obra del escritor malagueño, que parte del poema ‘Espacio’ de Juan Ramón Jiménez que ya planteaba esa necesidad de defenderse de los cambios constantes. «Tenemos esa idea de luchar contracorriente y esa sensación de pelear para seguir adelante», explica David Delfín que añade que, en la actualidad, la tecnología ha «alterado nuestra forma de vida». Una transformación ante la que surge ‘La fábrica de anticuerpos si no amanece’.

Un título tras el que encontramos un largo poema en prosa dividido en diez partes que arranca en el «presente» y ofrece una mirada «a vista de pájaro» de las diferentes etapas de la vida. Una poesía personal pero enraizada en el tiempo actual y la experiencia colectiva, que opta por el surrealismo como forma de descifrar un mundo fragmentario. «No es un estilo que esté de moda, pero es mi forma de ver la realidad», explica el autor de ‘Arqueología disponible’ y ‘Triduo’, que confiesa su querencia surreal por seducir al lector mediante el «choque de imagenes y palabras».

La casualidad ha querido que la presentación el CAL coincida con el momento grande de una de las grandes aficiones y especialidades de Delfín, el carnaval. «Una buena copla carnavalesca y un buen poema son paralelos porque, por encima de diferencias formales, comparten la capacidad de reflexión ante el mundo», señala el escritor que incluso ve más «valentía» en algunas letras humorísticas que en algunos versos. «Ojalá tuviese ese tono cómico, pero el surrealismo de mi poesía es, en todo caso, provocador», concluye.

DIARIO SUR. Por Francisco Griñán.

sábado, 4 de febrero de 2017

SAVIA Amadeus: El valor de la palabra.

COMPAÑEROS DE VIAJE. Este espacio presenta a los protagonistas del sector del viaje poniendo el foco en aquello que más nos caracteriza y diferencia: el factor humano.

El valor de la palabra

Por: Ana Delgado Cortés

David Cáceres Delfín (Málaga, 1968) es director Comercial y de Marketing de Grupo GEA. Comenzó su trayectoria profesional en el verano de 1988 como auxiliar de Booking de Iberojet, de la mano de Prisciliano Fernández, actual presidente del Grupo Gea. Pero David Cáceres es también David Delfín: poeta, editor y, en la década de los 90, dinamizador de la vida cultural y literaria malagueña desde el epicentro creativo en el que se convirtió Bodegas El Pimpi bajo la dirección de su propietario, Paco Campos. “Fue una etapa inolvidable”, comenta. “Éramos un grupo de poetas jóvenes que coordinábamos la sección de literatura del Círculo de Bellas Artes en Málaga y creamos Hebe Ediciones para arropar nuestra actividad literaria”.

David Cáceres Delfín, el profesional del viaje, y David Delfín, el poeta, siguieron creciendo juntos. Después de todo, como el propio David comenta, en lo personal y en lo profesional es fundamentar contar lo que uno ha aprendido de otros: “Dar las claves para hacer mejor nuestro trabajo no es muy diferente de leer un poema en voz alta: es darle sentido a las cosas, a nuestro entorno, a nuestra labor profesional, con la esperanza de ser útil para quien tiene la generosidad de escucharte y compartir también contigo su visión”.
Con la literatura pasa como con los viajes: se aprende a trasladar conocimientos a la experiencia
Confiesa que a él le “subieron a la poesía” Machado y Serrat a principio de los ochenta. Luego vino el surrealismo, infinidad de lecturas y la pasión por Juan Ramón Jiménez y Vicente Aleixandre. Hoy en día, concibe su actividad literaria como la capacidad de generar respuestas adecuadas a cada circunstancia: “Todos tenemos carencias y límites; reconocerlos es el primer paso para comprender mejor todo cuanto nos sucede y a quienes nos acompañan tanto en el mundo profesional como en el personal”.

CONOCER PARA EXPERIMENTAR

“La literatura me ha hecho un profesional más creativo”, confiesa. Con ella considera que, como sucede con los viajes, se aprende a trasladar los conocimientos a la experiencia, a comprender mejor lo que sucede, a ser prudente y a relativizar.

Además, explica, la poesía es un reflejo profundamente humano. “Hemos descubierto que las máquinas son más listas y con mayores capacidades que nosotros y, ante tal deslumbramiento, cabe el peligro de relegar lo humano a un segundo plano. La tecnología, como todo lo que nos rodea, necesita de un sentido y este solo podemos dárselo nosotros, que somos el producto de lo vivo”.

David Cáceres Delfín ha publicado recientemente La fábrica de anticuerpos si no amanece (Ediciones Carena), el séptimo de sus poemarios. Su obra ha sido incluida en una decena de antologías y, en palabras de su prologuista, el profesor Francisco Ruiz Noguera, “es una poesía entendida como búsqueda y como forma de conocimiento (…); tiende a descubrir ese desconocido que hay en cada hombre”.

miércoles, 25 de enero de 2017

Una arriesgada e intensa apuesta formal por la palabra...


La Voz de Galicia
Redacción / la voz

Vuelve David Delfín (Málaga, 1968) a la poesía. Y vuelve a hacerlo con un libro que impacta desde el propio título: La fábrica de anticuerpos si no amanece (Ediciones Carena). Delfín ya nos tiene acostumbrados a asestar el primer hachazo en la misma portada: su anterior entrega, publicada en el 2014 en el sello almeriense Círculo Rojo, se titulaba Los matemáticos no saben pilotar aviones.

Como subraya en su excelente introducción al volumen Francisco Ruiz Noguera, este libro «supone una nueva apuesta del autor por seguir explorando en una forma no convencional de expresar las relaciones entre el mundo y el lenguaje: una personal y arriesgada formalización verbal que es ya seña de identidad estilística, en una línea evolutiva que conecta con libros anteriores». Porque en La fábrica de anticuerpos si no amanece ahonda el autor, como apunta Ruiz Noguera, en los dos enfoques de la función poética: la poesía como forma de comunicación y la poesía como búsqueda, como medio de conocimiento.

Este largo poema dividido en diez partes explora esa tradición de la poesía como indagación, a partir de una arriesgada e intensa apuesta formal por la palabra.

«La fábrica de anticuerpos si no amanece» David Delfín. Ediciones Carena. Introducción de Francisco Ruiz Noguera. 50 páginas. 12 euros