«Hemos descubierto que no vivimos una época de cambio, sino
un cambio de época». Lo dice el poeta David Delfín (Málaga, 1968) con el
convencimiento del que ha mirado el mundo que le rodea y ha reflexionado sobre
la aceleración de las transformaciones, el envejecimiento prematuro de los
nuevos referentes y la escasa vigencia de los titulares. Una inestabilidad ante
la que los versos tiene una respuesta. «La poesía responde a la necesidad del
ser humano de crear anticuerpos para defendernos de los cambios», explica el
escritor que, bajo esta premisa, ha publicado su nuevo poemario, ‘La fábrica de
anticuerpos si no amanece’ (Ediciones Carena). El propio autor presentará
mañana, jueves 23, la obra en el Centro Andaluz de las Letras (CAL), acompañado
por los poetas José Infante y Francisco Ruiz Noguera.
Precisamente, este último también firma el prólogo del nuevo
libro de Delfín, en el que plantea la «coherencia» del nuevo poemario con
respecto a la obra previa del autor de ‘El orden razonable’, ‘Principia’ y ‘Los
matemáticos no saben pilotar aviones’. «Estamos ante una poesía entendida como
búsqueda y como forma de conocimiento», reconoce Ruiz Noguera sobre la nueva
obra del escritor malagueño, que parte del poema ‘Espacio’ de Juan Ramón
Jiménez que ya planteaba esa necesidad de defenderse de los cambios constantes.
«Tenemos esa idea de luchar contracorriente y esa sensación de pelear para
seguir adelante», explica David Delfín que añade que, en la actualidad, la
tecnología ha «alterado nuestra forma de vida». Una transformación ante la que
surge ‘La fábrica de anticuerpos si no amanece’.
Un título tras el que encontramos un largo poema en prosa
dividido en diez partes que arranca en el «presente» y ofrece una mirada «a
vista de pájaro» de las diferentes etapas de la vida. Una poesía personal pero
enraizada en el tiempo actual y la experiencia colectiva, que opta por el
surrealismo como forma de descifrar un mundo fragmentario. «No es un estilo que
esté de moda, pero es mi forma de ver la realidad», explica el autor de
‘Arqueología disponible’ y ‘Triduo’, que confiesa su querencia surreal por
seducir al lector mediante el «choque de imagenes y palabras».
La casualidad ha querido que la presentación el CAL coincida
con el momento grande de una de las grandes aficiones y especialidades de
Delfín, el carnaval. «Una buena copla carnavalesca y un buen poema son
paralelos porque, por encima de diferencias formales, comparten la capacidad de
reflexión ante el mundo», señala el escritor que incluso ve más «valentía» en
algunas letras humorísticas que en algunos versos. «Ojalá tuviese ese tono
cómico, pero el surrealismo de mi poesía es, en todo caso, provocador»,
concluye.
DIARIO SUR. Por Francisco Griñán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario